Autoadopción
Reflexiones tras la quedada de Tremp
Es bueno, siempre, dejar que las cosas se enfríen un poquito dentro de uno mismo antes de coger el teclado y escribir sobre ellas después de una experiencia intensa. Ya me ha ocurrido que después de estar en alguna quedada he llegado con unas locas ganas de decir un montón de cosas a un montón de gente, pero dejando pasar la borrachera de calor humano, 24-48 horas después, no he llegado a escribir nada, porque todo estaba dicho ya por otros y poco podía añadir yo.
Pero en ésta
ocasión, tras la estancia en Tremp, sí tengo cosas que quiero decir
porque no sería justo guardarlas para mí y porque me importa poco que ya
las hayan dicho otros. Además, quiero decirlas en un blog, que los
foros son efímeros y para mí esto ha sido algo muy grande para dejarlo
perderse en esa diabólica lista de numeritos de páginas pasadas.Y,
además, un ladrillo como el que estoy soltando no tiene sitio en un
foro, donde los mensajes largos son más un estorbo que otra cosa.
Antes
que nada quiero, necesito, dejar constancia de lo bien que lo ha hecho
Teddie. Los que han organizado quedadas saben el follón y el trabajo que
conlleva. Cada vez más, puesto que cada vez somos más, ocupamos más
sitio y exigimos más. Todo el mundo agradece a Teddie lo que ha
currao, la ilusión que ha puesto y la preocupación por nuestro bienestar
que ha mostrado, pero no sé si todo el mundo sabe lo que «de verdad» ha
trabajado este portalmotero. Los kilómetros que ha hecho buscando
patrocinadores que nos ofertaran regalos, tanto por España como por
Andorra. El curro que se ha metido con la imprenta donde se hicieron las
papeletas del sorteo, las pegatinas chalecos de los que nos indicaron y
supervisaron la ruta y esa pancarta enorme que ahora lleva nuestras
firmas (y que yo, personalmente, quiero volver a ver colgada entre dos
pinos en Pingüinos). Su preocupación por nuestro bienestar en el
albergue, siempre atento a que todo cuadrase y saliese bien y durante la
ruta, pasando de la cabeza a la cola continuamente, colocado en los
cruces para que nadie se despistase. Su trabajo con el ayuntamiento de
Tremp preparando la acogida que nos dispensaron, guardando nuestros
cascos y colgando la pancarta mientras dábamos el paseo guiado por el
pueblo. Su trabajo en la disco, donde no sólo nos hizo de maestro de
ceremonias y pincha discos (gracias por la de Fito), si no que también
tuvo que pelearse los precios que nos hicieron y que equalizar el equipo
de sonido para que todo quedase perfecto… y un montón de cosas más que,
seguro, muy pocos conocen.
Pensadlo un momento: sin tener nada que
ganar para él mismo, sin aspirar a más recompensa que una imensa lista
de tareas y problemas, durante semanas alguien ha estado trabajando para
nosotros, para que hayamos podido disfrutar de un fin de semana
inolvidable, para nuestro bienestar. Eso no es muy normal en los tiempos
que corren, ni en ningún otro tiempo.Teddie, si hay alguna medalla,
algún distintivo, al buen portalmotero, si algún día se diseña una,
tienes mi voto para que te sea concedida y mi promesa de volver a Tremp
para colgártela personalmente de cuello. Gracias.
También es
necesario y justo reconocer el curro de los demás portalmoteros de Tremp
y alrededores, Tomás y Roser, del personal del albergue y del
ayuntamiento, que tan buena acogida nos dio. Perdonadme si no os cito
uno a uno, pero entre lo desastre que soy habitualmente y lo castigaíto
que vuelvo a fuerza de líquido de frenos y demás diabólicos elixires, no
soy capaz de recordar todos vuestros nicks, y no sería justo citar a
unos sí y a otros no. Pero sí hay algunas personas de las que he conocido en Tremp que quiero reseñar y que me han impresionado por varios motivos:
A
Romerator, que la tiene más gorda de todo el portal (la cámara) y a
Carlospapi, con el que por fin he podido rular sin agua de por medio,
compañeros de viaje y espero que desde ahora amigos.
A Pitufina_kat,
que cogió el toro por los cuernos y se puso a currar nada más llegar.
Parecía la guía del tour de japoneses, pero sin paraguas (y sin
japoneses). Nena tú vales mucho.
A Ducagirl, que es la demostración
de que es posible, la prueba viviente, el modelo de lo que yo quiero
llegar a ser: alguien que ha apostado por la alegría como una forma
consciente y decidida de redención, como la única cosa que puede
sacarnos de la mediocridad, teñir de colores el gris que nos imponen y
darle sentido a todo. No cambies nunca.
A Klorito, con el que he
podido quitarme una espinita. Un tío capaz de tener muy claro lo que
hace y lo que quiere y, al tiempo, de ceder ante las imposiciones de
algún nazi que ronda por aquí sólo por no enrarecer el ambiente. No todo
el mundo tiene esa capacidad. Yo te lo agradezco. Y encima es guapo el
jodío.
A Padawan y Noelia, que me impresionaron por ser lo que son,
sin más ni más. Sin pretender ser otra cosa, sin fachada ni estupidez.
Dejad que el uno vaya cambiando a la otra y viceversa, que sólo puede
ser para mejor.
A Red Bull y Paselo, que la noche del viernes me hicieron sentir como en mi casa. Buena gente, os lo aseguro.
A
Isita, a la que no supe decirle muy bién cuánto ni por qué me había
gustado conocerla aunque al final colisionamos (cosa que espero repetir
algún día. ja, ja)
A Hº (él dice que se pronuncia «Asterisco», pero
para mí es «Histórico»), que cambió un cumpleaños por nuestra compañía,
con el que pasé unos ratos de charla cojonudos y con el que me dolí
cuando chafó un pelín su preciosa kawa. Gorka, colega, si de este mal
rato sacas algo aprendido, piensa que no todo es malo.
A Vakasaki,
prueba de que se puede ser joven y tener cabeza. Motero donde los haya
con quien podéis hablar de motos y disfrutar como si estuviáseis
montados en una. Siento no haber tenido tiempo para hablar con tu
family, que tiene que ser conejuda para haber fabricado alguien como tú.
A Oriol, por el abrazo que me diste en la pista de baile… sin mariconadas ¿eh?
A Germanlook, que es el peor vendedor de tele-tienda que existe.
A
los de siempre, a los que ya son mis amigos y llevo en mi corazón, no
os digo nada. No hace falta. Juli, Impro, Tole, Rascatripas, Amevi,
Miri, Princess, Kamikaze, CB1000, Eloto, Petruss, Frenando, Txiky,
Pinocho, Gunilla… etc. etc. ya lo sabéis.
Y en esta relación no quiero
olvidar a aquellos con los que no he podido cruzar ni una palabra por
falta de tiempo (Lauguru, Guady, Jack Sparrow, SusieGSX, Spoon, Aris 74,
etc. etc) y aquellos a los que ya llevo más de una quedada quedándome
con las ganas de hablar más en profundidad (Bielas, Chanel, Naranchela,
etc.) que sepáis todos que sois el motivo principal para asistir en el
futuro a las quedadas que se organicen.
Por último quiero agradecer a
todos aquellos que dejaron de lado sus reticencias, sus prejuicios, sus
diferencias para compartir ese amor a las motos y a las buenas personas
que nos unen.
Hubo quien tenía cierta prevención al principio, hubo
quien destacó ciertos detalles que le chocaron. Hubo quien tenía miedo
de no ser aceptado o entendido. Pero fueron muy pocos los que
mantuvieron nada de eso al avanzar las horas. Al final, creo, todo eso
quedó minimizado por esa sensación de haber sido acogidos, mimados y
aceptados que Cataluña y los catalanes supieron darnos.
Hasta ahora,
en todas las Comunidades Autónomas en las que he estado siguiendo la
llamada de portalmotos y los portalmoteros puedo decir que me he
declarado, por mi cuenta, hijo adoptivo:
Soy Castellano-Manchego, porque aquí he nacido y aquí vivo. Pero también soy hijo auto-adoptado de otros sitios.
Soy
Castellano-Leonés, porque allí me he vuelto a vivir en situaciones y
maneras que creía muertas para mí y allí he dejado gente a la que
quiero.
Soy Maño y cachirulo, porque en Mañolandia pude enamorarme de
las entrañas de aquel lugar, porque echo de menos a gente de allí a la
que aprecio y porque me preocupa y estoy atento a lo que ocurre por ahí.
Soy Gallego, aunque nunca haya ido a 210, porque estuve en Orense y
allí hice y dejé amigos, y lo que allí ocurre, desde los incendios y
huracanes hasta los malos y buenos momentos que suceden en la vida de
algún motero, me afecta.
Soy Madrileño, porque allí he sido acogido y he sido uno más, porque allí tengo más que amigos.
Soy
Valenciano y chufero, enamorado de Valencia y los valencianos,
cautivado por su alegría y ganas de vivir. Allí tengo donde dormir y a
quien contar mis penas y alegrías.
Ahora soy Catalán porque me he
enamorado de Cataluña y los catalanes. Porque no entiendo lo que dicen,
pero me encanta lo que hacen y lo que son. Porque tienen los paisajes
más impresionantes que he visto nunca y porque en su tierra he
disfrutado inmensamente.
Soy Español y agradezco a los dioses de la
historia y la cultura el haberme situado en un país con tantas
diferencias entre sus regiones, con tanta riqueza en su geografía y sus
gentes, con tanta historia y futuro.
En
esta ocasión he podido realizar como nunca un aspecto de ser motero.
Algo que ha estado ahí siempre, pero que de una forma tan natural, tan
fácil, que nunca lo había realizado hasta esta quedada de Tremp:
La moto como un nexo de unión de culturas diferentes.
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