El Lapsus
Transcribiendo los textos de mi antiguo blog a éste, me doy cuenta de que las fechas no cuadran. Aunque no he revivido aquí todo lo que escribí, por irrelevante, por indiscreto o por lo que sea, constato que la última entrada del antiguo blog es del año 2008. La moto la vendí en 2012 y, preocupado por el lapsus de memoria, intento escarbar en mi biografía ¿Qué hice con la moto aquellos cuatro años en los que no hay reseñas?
Entre 2005, que compré la primera moto y me inicié como motero, a la última de 2008, pasaron tantísimas cosas intensas que en el recuerdo brillan deslumbrando de todo lo demás. Pero tuve cuatro años más la moto. Años que no brillaron tanto pero que tampoco merecen el olvido. Dejo, pues, aquí constancia de qué pasó para rellenar ese hueco.
En 2005 cambié de empresa. De una gran empresa, la más grande: el Estado, pasé a una muy pequeña, el sindicato más pequeño de funcionarios que había, aunque luego creció, vaya que sí. Es decir me convertí en esa sub-especie tan despreciada en los entramados laborales de esta España: El Liberado Sindical.
Sin embargo mi liberación no tuvo nunca carácter sindical, era informática. En aquella época la informática del sindicato era prácticamente inexistente y su gestión de datos un desastre absoluto. Me sugirieron si quería trabajar con ellos y me apeteció enormemente un cambio. ¿Qué tiene que ver ésto con las motos? Ahora voy al meollo:
El primer año, 2005, lo dediqué a confeccionar una base de datos y los programas correspondientes para manejarla, sin prestar mucha atención al tema de la estructura de la empresa. Al cabo de un par de años, cuando la base de datos y mi sede ya estaban en perfecto funcionamiento, me encargaron dar acceso a la misma y configurar todos los aparatos de todas las sedes. Seis sedes en cinco provincias distintas. Todas ellas terreno informático virgen.
Con eso llegaron los viajes. en los siguientes 3 años me dediqué a transportar ordenadores por toda la comunidad autónoma, a instalar sistemas, cables, servidores, etc. etc... con mi moto. Aprendí que en una moto bien organizada era posible llevar muchas cosas, hasta tres ordenadores de sobremesa con sus pantallas, cables, teclados, etc. etc y no hablemos de portátiles, que de esos un montón.
Más o menos así, pero con ordenadores...
Recorrí más de 8.000 kilómetros (Lo sé porque había que presentar el kilometraje para que pagasen las dietas, claro.) en "Viajes de Trabajo" y visité todas las sedes y ciudades de mi comunidad autónoma en viajes que iban desde ir y volver el mismo día a pasar allí una semana reventándome el estómago con comida de bareto.
Para 2012 ya estaba toda la estructura montada y los viajes disminuyeron y desaparecieron. Por otra parte yo, animado por mis hijos, había empezado a ir a trabajar en bicicleta. Había que hacer ejercicio y a mi mujer no le pagaban en la empresa con aquello de la crisis.
La pobre moto se pasaba semanas enteras en la cochera muerta de asco... y cuando se acercaba la época de pagar los impuestos de circulación y de renovar el seguro la vendí.
Esto rellena el hueco que os dejé en mi moto-biografía. Se puede resumir en que en estos años estaba más pendiente de la vida laboral que del disfrute motero. Si me animo os contaré en otra entrada la historia de mi moto actual: "La Motejo", una Kymco Miler de 125... en espera de que llegue "La Pataleta", claro.
Todo esto no interesa a nadie y es tan aburrido que hasta yo lo había olvidado (¿Recordáis lo de "preocupado"?) pero recordarlo y escribirlo me alivia un poco la espera hasta que me traigan la V-Strom.
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